Carlo Stella Serrano
Escena comun de un despoblado de la España Interior
Madrid, diciembre 2020
¿Sabías que en España contamos con un área del tamaño de Bélgica considerada como desierto demográfico?
No se oye hablar mucho de esto o quizás simplemente no se le da la importancia suficiente a un problema que a muchos nos parece lejano e inexistente: la despoblación. Es una realidad en muchos sitios, pero la zona denominada Serranía Celtibérica lidera el ranking en las zonas menos pobladas de todo Europa. A esta zona se le denomina la “Laponia del sur” por tener una densidad de población inferior a este territorio inhóspito en la zona del círculo polar. Además de tratar de la pérdida de población, la despoblación tiene asociados muchos más aspectos. Son tradiciones, maneras de hacer, costumbres, culturas, vidas, recuerdos y pasados que desaparecen para difícilmente ser recuperados.
El modelo de Serranía Celtibérica
La Serranía Celtibérica es una zona con una superficie aproximada de 65.000 km2 que se extiende por las provincias de Burgos, Segovia, Soria, Guadalajara, Cuenca, Teruel, Zaragoza, Castellón, Valencia y La Rioja. El nombre hace referencia a los celtíberos, un pueblo prerromano que habitaba en la región, dejando detrás una rica herencia cultural milenaria. La población (en 2019) está conformada por aproximadamente 460.000 personas, conformada en una pirámide poblacional invertida debido al envejecimiento de la misma. En los últimos años, el censo poblacional no ha hecho más que empeorar, perdiendo más de 50.000 personas en menos de 7 años. Dentro de la interregión de la Serranía Celtibérica, tan sólo 4 municipios superan el umbral de los 20.000 habitantes, estos son: Teruel, Soria, Cuenca y Calatayud. Hasta ahora hemos utilizado los datos de los habitantes censados, pero ¿podemos suponer que todos los censados habitan su municipio?, la realidad es que no, por lo tanto, siendo aún más preocupante. Estamos ya en ruta a lo que se puede denominar “catástrofe demográfica”, pero ¿es demasiado tarde para revertir esta situación?
El análisis riguroso llevado a cabo por los profesores Francisco Burillo Mozota, catedrático de Prehistoria en la Universidad de Zaragoza y Pilar Burillo Cuadrado, investigadora experta en sistemas de información geográfica han sacado a la luz algo que hasta ahora se ignoraba. Mediante una clasificación no administrativa, han conseguido elaborar un nuevo mapa de España. Un mapa que chilla en colores la realidad poblacional que vivimos. De la misma manera que los virus no entienden de fronteras, la despoblación tampoco, por lo que según indica la profesora Pilar Burillo , un modelo basado en divisiones administrativas no responde a la realidad de un territorio porque las capitales de provincia distorsionan esa realidad. Para estudiar las áreas escasamente pobladas no se necesitan rígidas demarcaciones administrativas. Y esta es la gran maravilla del proyecto del Instituto de Investigación para el Desarrollo de la Serranía Celtibérica, que es necesario una nueva reconsideración del espacio geográfico para estudiar la despoblación y no siguiendo las estadísticas basadas en las delimitaciones comarcales, provinciales o autonómicas. El estudio (entre otras cosas) ha revelado entre otras cosas los siguientes aspectos: la baja densidad de población (tan sólo 7 habitantes por km2), el envejecimiento de la misma, y el elevado índice de municipios de menos de 101 habitantes. Concretamente esta zona abarca más del 50% de los municipios de 101 habitantes de toda España. Además, el profesor Burillo nos recuerda que, en Geografía Humana, menos de 10 habitantes por km2 se considera “desierto demográfico”.
Densidad de población en la Serranía Celtibérica Fuente: ADSC (Pilar Burillo)
Las responsabilidades
La situación de la despoblación en España es analizada muy bien en el libro La España vacía: viaje por un país que nunca fue del autor Sergio del Molino. Este libro nos propone una visión muy acertada de la despoblación en España proponiendo la forma de un donut para entender el problema de la despoblación. En el centro del donut se situaría Madrid y en los extremos todas las ciudades de la costa norte y Mediterránea. El modelo de Serranía Celtibérica va más allá proponiendo una división en zonas no administrativas del conjunto de zonas despobladas. Las zonas más afectadas son la misma Serranía Celtibérica y la franja oeste con Portugal, pero dicho problema no deja de ser menos alarmante para el resto del país. En estas zonas las características son parecidas: orografía complicada y núcleos dispersos de población resultando en una accesibilidad complicada y lenta. ¿Quién es responsable de la despoblación? Como la misma palabra indica, estos territorios en algún momento estuvieron poblados por lo que podríamos atribuir la culpabilidad a sus moradores por emigrar a otras regiones, pero este proceso sucedió en respuesta a varios factores propios de la época en la que se vivía: la mecanización del campo y la industrialización de las ciudades. Correctamente habría que emplear las palabras España Vaciada, indicando que antaño estuvieron pobladas. No podemos pensar que este es un problema únicamente español, el éxodo rural forma parte de un paso, lamentablemente difícil de evitar, en el proceso de desarrollo de un país. Pero en España este hecho ha ocurrido de una manera aguda, siendo fácilmente identificable, pero sin embargo no parece alarmarnos en exceso. Seguro que muchos nos hemos percatado del vacío existente al trascurrir la A2, una vez pasado el Corredor del Henares, un gran contraste ¿no? Una palabra que puede describir muy bien la situación es demotanasia. Proviene del griego demos y thánatos que significan pueblo y muerte dulce respectivamente. Dicha palabra hace referencia al proceso por el cual debido a acciones políticas, directas o indirectas u omisión provoca una pérdida de población en un territorio. Esto es debido a la falta de expectativas laborales e incapacidad para sostenerse económicamente en el mismo. Si bien es cierto que en el ámbito político se podría trabajar bastante para proponer medidas y mejorar la situación, no podemos olvidar que este proceso es consecuencia de un proceso de éxodo rural muy amplio y generalizado. Las responsabilidades recaen sobre nuestro crecimiento económico clásico ya que es el que ha determinado el crecimiento de nuestras ciudades y provocado este desequilibrio poblacional tan poco equitativo entre campo y ciudad. Se puede decir que ha habido una falta de interés por parte de instituciones políticas, administraciones y empresas por afrontar un problema común. ¿Por qué ha pasado tan desapercibido? Como hemos dicho antes puede que no se le haya dado importancia a esta situación, pero en gran parte es porque la despoblación es un proceso lento y silencioso. Varias personas han intentado dar la alarma, pero hasta ahora no se ha encontrado una manera de revertir la tendencia. La falta de esperanza para los jóvenes, que causan una fuga de talento y esperanza a otros lugares unido al envejecimiento de la población acentúan este problema.
El modelo de las NUTs y TFUE
En el Reglamento CE 1059/2003, la Comisión Europea estableció una nomenclatura para clasificar las unidades territoriales, surgiendo de ahí las clasificaciones NUTS 1, NUTS 2 y NUTS 3. La palabra NUTS significa Nomenclatura Unidad Territorial Estadística, y es utilizada para dividir el país en distintos niveles y son empleadas por el servicio de Eurostat. Por ejemplo, el nivel NUTS 1 corresponde a un grupo de comunidades autónomas, el NUTS 2 a la división en comunidades autónomas y el NUTS 3 a la división provincial. Bien, todas estas divisiones son divisiones estrictamente administrativas, pero el reglamento contempla la creación de NUTS “no administrativas” que deben reflejar “las circunstancias económicas, sociales, históricas, culturales, geográficas o medioambientales”. Y aquí está el origen del trabajo del Instituto para el Desarrollo de Serranía Celtibérica, la clasificación de España en 10 NUTS no administrativas que abarcan similares características. En consecuencia, el problema de la despoblación debe ser entendido como un problema estructural que no entiende de fronteras administrativas, puesto que considerando estas últimas entraríamos en el error de computar en el cálculo las capitales de provincia, dando unas densidades de población para las provincias que no reflejan la realidad. Por ejemplo, la Laponia se considera una NUTS no administrativa, independientemente de las fronteras entre regiones, provincias o países que pudieran existir. Siguiendo la clasificación en NUTS no administrativas podemos ver como el fenómeno se extiende por 44 provincias, en las que viven más de 2.400.000 personas en un área de 277.000 km2, dando una resultante densidad de población de 8,69 hab/km2. De la misma manera el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea 174 habla de la cohesión económica, social y territorial del conjunto de la Unión. En él, tiene como objetivo promover el desarrollo de las regiones más desfavorecidas, prestando “especial atención a las zonas rurales o regiones que padecen desventajas demográficas graves y permanentes como, por ejemplo, las regiones […] con una escasa densidad de población y […] de montaña”. ¿Se está aplicando este artículo a la “España vaciada”? Hasta ahora, este artículo del TFUE se esta ignorando de la misma manera que se está ignorando la situación demográfica de nuestro territorio. En Canarias, el régimen fiscal ventajoso con un IVA (IGIC) al 7% y un impuesto de sociedades al 4%, ha permitido el desarrollo económico favorable de las islas. Esto se ha visto reflejado en la tendencia demográfica, cuya población no ha hecho más que aumentar en las últimas décadas. Puede que la España vaciada sea más bien una España “abandonada” por sus ciudadanos, políticos y empresarios.
Densidad de población en la Serranía Celtibérica Fuente:Pilar Burillo (Ampliar)
Los fondos FEDER (2021-2027)
El gran problema con la delimitación territorial actual, es que según la organización en provincias o comarcas se está ignorando a muchos otros municipios que podrían ser potenciales receptores de los fondos FEDER. Dichos fondos provienen de la política de Cohesión europea, que a su vez distribuye los fondos en distintas políticas de cohesión económica, social y territorial de la UE. Para el periodo 2021-2027, España recibirá 25.000 millones de euros del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), siendo el principal objetivo la cohesión territorial de la zona. Y es en relación a estas ayudas que surge la necesidad de crear una delimitación territorial no administrativa, que corresponda a la realidad socio-económica de las zonas. De esa manera, no se puede considerar únicamente a tres provincias (Teruel, Soria y Cuenca) – a través del lobby de representación de los territorios escasamente poblados del Sur de Europa (SSPA) – cuando realmente el problema afecta 44 provincias y viene puesto en escena por el mapa desarrollado por el Instituto Serranía Celtibérica. La única española presente en la negociación de dichos fondos ha sido la eurodiputada de Cs, Susana Solís, que expresa lo siguiente: “Se podrán financiar como proyectos prioritarios: Conectividad digital y acceso de banda ancha a los pueblos, mejora del transporte e infraestructuras básicas, inversión en educación y servicios sociales y de salud, y formación en capacidades para transformar la economía rural. Necesitamos un plan nacional que incluya medidas claras para atraer y retener población, acompañado de acciones que creen empleo y mejoren las condiciones sociales en las zonas rurales”. La coordinadora de la red de Áreas Escasamente Pobladas del Sur de Europa (SSPA), Sara Bianchi a su vez pide “celeridad a la hora de hacer el mapeo y priorizar cuales son los territorios sobre los que actuar”. Actualmente, es el Gobierno de España el último responsable en emitir un plan de acción para las zonas escasamente pobladas de España, considerando las NUTS no administrativas para la recepción de los fondos FEDER.
Conclusión y propuesta
Volviendo a nuestra pregunta: ¿es posible revertir esta situación en catástrofe demográfica? Es probable que nos hayamos dado cuenta tarde, pero ¡nunca es tarde para actuar! Seguramente será necesario mucho tiempo para lograr un crecimiento demográfico, porque la verdad es que toda Europa está en un problema demográfico con pirámides poblacionales invertidas. Como ha hallado la investigadora y profesora Pilar Burillo, un 5% de la población vive en un 54% del territorio, sin duda algo no muy equitativo. Lo que sí se puede lograr es mejorar la distribución poblacional en un país o al menos parar la despoblación. Peor para todo esto es vital una única cuestión: el futuro para los jóvenes. La actuación del gobierno debe centrarse en dos aspectos fundamentales: en primer lugar, emplear los fondos de desarrollo para mejorar la cohesión territorial (conectividad física y virtual) y en segundo lugar incentivar a través de políticas fiscales ventajosas el crecimiento poblacional. El primer aspecto se puede satisfacer con los fondos FEDER, logrando una mejora en las telecomunicaciones (banda ancha y conexión móvil en todas las localidades) y en segundo lugar conectividad física a través de una buena infraestructura viaria (carreteras cómodas y rápidas). Ya logrando estos dos aspectos se podría atraer a una parte de la población que dadas las nuevas circunstancias pueda “teletrabajar”, pero para eso la conectividad es una herramienta imprescindible. En segundo lugar, es necesario un área fiscal ventajosa para los habitantes y las empresas de la zona, que atraiga a potenciales habitantes y incentive la creación de empresas. En cualquier caso, los fondos FEDER deben completarse por políticas de demanda y oferta por parte del gobierno. Hemos visto el empleo de política fiscal para rebajar los impuestos (al igual que se hace en Canarias), pero también se debe emplear políticas de oferta que faciliten la inversión y mejoren los servicios públicos. Ejemplos de estas últimas son la desregulación y facilitación del emprendimiento, ayudas para la renovación/aislamiento de viviendas en municipios pequeños, dotación de servicios básicos de salud y educación, servicios de transporte en todos los municipios…etc. y muchas más. Ya para responder a un problema quizás europeo, que es la baja natalidad, se podrían otorgar ayudas para las familias que se establecen en municipios de menos de un determinado número de habitantes, o ayudas plurianuales por cada hijo nacido en dicha localidad. ¿No sería una manera fantástica de incrementar la natalidad además de combatir la despoblación? Serán precisos sin duda muchísimos años para revertir una tendencia que lleva en declive poblacional desde hace casi un siglo, pero por algo se empieza. Puede que nosotros no veamos la solución inmediatamente, pero es preciso dejar asentadas las buenas bases para una recuperación poblacional sostenible, revalorizando la vida rural y descongestionando las ciudades. Y puede que la pandemia del Coronavirus asiente las bases para una reconversión en nuestro modelo de vida actual. Quizás sea el mejor momento para revalorizar el campo español y el ideal de la vida rustica, porque parece que no valoramos las cosas hasta que empezamos a carecer de ellas. El Covid puede haber jugado positivamente en el ámbito rural, haciendo posible en muchos casos el teletrabajo, ¿podría haber un cambio de tendencia? Se necesita más gente joven e implicada para dar grito de alarma a esta situación. Porque esta situación no es una mentira, sino una realidad que no hace más que acentuarse y preferimos ignorar, dejando actuar al mal silencioso y lento del abandono y despoblación de nuestra España interior.
Carlo Stella Serrano
Universidad Autónoma de Madrid