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Las palabras tampoco están vacías

Diciembre 21, 2021


Marco Antonio Campos
ADSC_Guadalajara

• Por favor, eviten utilizar el término “España Vaciada” para referirse a nuestros pueblos. El uso de según qué términos dentro del lenguaje no es nada inocente.

• ... si decimos que está “Vaciada” abrimos la puerta a que la llenen de pozos ilegales, de energías renovables o no renovables en lugares protegidos, de construcciones ilegales, de trasvases, de macrogranjas…"

Por favor, eviten utilizar el término “España Vaciada” para referirse a nuestros pueblos. El uso de según qué términos dentro del lenguaje no es nada inocente. Etiquetar a un colectivo, una persona o un territorio con una palabra puede resultar muy perjudicial debido al estigma que se crea sobre aquellos a los que va dirigido.

Diversos estudios sociolingüísticos señalan que los apelativos más dañinos son aquellos que parecen de carácter neutro porque definen aquello a lo que se refieren por un nombre aparentemente no peyorativo o incluso por su propio nombre, pero que debido a su uso negativo terminan haciendo mucho daño al colectivo al que van dirigidos. Ejemplo de ello, es el uso de “gitano” que referido a gente de esa etnia podría decirse que es neutro pero que, como sabemos, se usa en muchas ocasiones como insulto, algo que a la comunidad gitana no le hace ninguna gracia ni le viene nada bien.

Encontramos un caso similar con la coletilla “de pueblo”. A alguien que vive en un pueblo no le debería importar que dijeran que es de pueblo. Pero debido a que durante muchos años en este país se ha asociado ser de pueblo con ser una persona bruta, analfabeta, poco inteligente, etc., mucha gente ha tenido que sufrir burlas o se ha avergonzado de ser de pueblo o, incluso, lo ha intentado ocultar. Por todo ello, debemos evitar etiquetas como “España Vaciada” que a corto, medio y largo plazo no nos pueden traer nada bueno al conjunto de hombres y mujeres que vivimos en los pueblos.

De entrada, la España Rural no está “Vaciada”. Hay menos habitantes que en las ciudades, pero hay población. Hay espacios naturales que son una maravilla: senderos, ríos, cultivos, montes, fauna y flora. Hay innumerable patrimonio cultural de gran valor. Si vendemos que la zona rural está “Vaciada” poca gente se animará a venir a vivir a nuestros pueblos. ¡Cómo van a venir si les estamos diciendo que esto es un erial!

Al mismo tiempo, si decimos que está “Vaciada” abrimos la puerta a que la llenen de pozos ilegales, de energías renovables o no renovables en lugares protegidos, de construcciones ilegales, de trasvases, de macrogranjas…. Como está “Vaciada” se puede hacer cualquier cosa.

A su vez, cada vez hay más gente que piensa “está Vaciada y me dicen que es un lugar donde se vive fatal, para irme a vivir allí me tendrán que garantizar trabajo, alquiler gratuito, darme lo servicios gratis, etc.” Esto es una exigencia que va in crescendo. Y estas medidas en su mayoría son pan para hoy y hambre para mañana, la solución es otra. Al igual que en la ciudad necesitan que se les construyan grandes circunvalaciones, en los pueblos necesitamos servicios esenciales en los que también hay que invertir. Al mismo tiempo que se aplican políticas especiales para grandes ciudades, para zonas costeras o para zonas extra peninsulares, también necesitamos políticas y legislación específica para zonas rurales. Y, como el respirar, necesitamos una campaña que ponga en valor la vida en los pueblos. Y esa campaña no puede tener el nombre de España Vaciada. Es un sinsentido.

Por último, hay que reiterar que la España Rural no está vaciada. A algunos nos llena el alma vivir aquí y establecer aquí nuestra vida y nuestra familia. Es verdad que necesitamos muchas cosas, pero la última es que nos menosprecien etiquetándonos de esa manera.

Llamarlo España Vaciada en lugar de España Rural o España menos Poblada, por ejemplo, puede tener la misma exactitud que llamar a Madrid o Barcelona, la España Contaminada, la España Hormigonada o la España Masificada. A los de la ciudad no se les ocurre autocalificarse así. Y si colectivos rurales están haciendo bandera y política con el término “España Vaciada” que no lo hagan en el nombre de todas las zonas rurales de España, porque no nos representan y no nos hacen ningún bien.

Y sí, hay pueblos vaciados de gente. Esos difícilmente se volverán a llenar. Es más, las reivindicaciones que centran el discurso de los principales promotores de la «España Vaciada» no se centran en ellos, ya que las inversiones europeas y estatales buscan más aquellos lugares donde todavía hay empresas, diputaciones, cámaras de comercio, «ceoes» y similares. Hay pueblos como el mío, el que todavía hay mucha gente, y el problema es que la gente joven se marcha y la mayor es cada vez más mayor.

Por todo ello, solicitamos a los partidos políticos, medios de comunicación y agentes sociales que de la misma manera que hacen un cuidadoso uso del lenguaje para no ofender ni perjudicar a ningún colectivo, dejen de utilizar para referirse a las zonas menos pobladas de España el término “España Vaciada”. El término que han escogido unos no tiene por qué estigmatizarnos al resto: nos resulta ofensivo, entendemos que no refleja la realidad del lugar donde vivimos y además, nos puede hacer mucho daño.

Marco Antonio Campos


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