• Con motivo de la Orden del Ministerio de Sanidad, por la que se regula el proceso de cogobernanza con las comunidades autónomas para la transición a una nueva normalidad
• Todos los presidentes de las respectivas comunidades autónomas recibieron el 4 de mayo la propuesta de utilizar como base de sus planes de desescalada las “unidades territoriales no administrativas” desarrolladas desde la RUSC siguiendo criterios europeos
• La propuesta se ajustaría al punto de la Orden ministerial que indica que podrán proponerse ámbitos de aplicación de los planes diferenciados “en unidades de nivel territorial distinto”, especificando “razones por las que se considera que el territorio en cuestión tiene unas condiciones de homogeneidad” que aconsejan un tratamiento diferencial
• Tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como el ministro de Sanidad, Salvador Illa, fueron informados ayer del ofrecimiento a los presidentes regionales
5-mayo-2020 (Teruel)
La Red de Universidades Serranía Celtibérica (RUSC) ha ofrecido a todos los presidentes de las respectivas comunidades autónomas la metodología para definir las “unidades territoriales no administrativas” españolas para que los planes que desarrollen para la transición a una nueva normalidad, como recoge la Orden del Ministerio de Sanidad dedicada a la cogobernanza con dichas comunidades frente al COVID-19, se ajusten a criterios de igualdad para territorios homogéneos. Según la orden publicada el tres de mayo, aunque la unidad territorial de referencia que se fija es la provincia, la isla o la ciudad autónoma, podrán proponerse ámbitos de aplicación diferenciados en unidades de nivel territorial distinto, y, en este sentido, esgrimir las razones por las que se considera que el territorio en cuestión tiene unas condiciones de homogeneidad que aconsejan un tratamiento común del mismo y diferenciado del resto de la provincia o de la comunidad autónoma. Desde la Red de Universidades Serranía Celtibérica se recuerda que el Parlamento Europeo y el Consejo de Europa fijaron en el Reglamento (CE) 1059/2003 “establecer una nomenclatura común de unidades territoriales estadísticas (NUTS)”, donde además de las “unidades administrativas”, que en el caso de las NUT 3 corresponden a las provincias, se impulse la creación de NUTS correspondientes a “unidades no administrativas”, por “circunstancias económicas, sociales, históricas, culturales, geográficas o medioambientales”. Según el presidente de la comisión de seguimiento de la RUSC, el profesor Francisco Burillo, “nada nos podía hacer presagiar esta terrible pandemia a la que, mientras llegan fármacos y vacunas que la combatan, parece que solo podemos hacer frente mediante medidas de higiene y distanciamiento social”. “Dado que el COVID-19 no entiende de fronteras, ni de límites administrativos, creemos que puede ser de gran utilidad la metodología que hemos desarrollado para agrupar los territorios, siguiendo los criterios marcados por Europa, en virtud de su población, del distanciamiento de las personas. Territorios que para una atención y control sanitario pueden parcelarse por sus áreas de salud”, añade. Desde la RUSC se ha hecho llegar tanto a los presidentes de los gobiernos regionales, como al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al ministro de Sanidad, Salvador Illa, el resultado del trabajo de la investigadora de la Universidad de Zaragoza Pilar Burillo que permitió visibilizar por primera vez en 2018 que en el 54% del territorio vive el 5% de la población, y que dicha población, además, se agrupa en áreas escasamente pobladas, con menos de 12,5hab/km2, y muy escasamente pobladas, con menos de 8 hab/km2, como recogió el Defensor del Pueblo en su reciente estudio “La situación demográfica en España”. “Creemos que nuestro trabajo puede servir como marco de actuación para que la transición a la normalidad para hacer frente al COVID-19 sea planteada en términos de igualdad en los territorios que aún formando parte de diferentes comunidades autónomas tienen en común circunstancias demográficas, y, en definitiva, distanciamiento social como consecuencia de la despoblación”, concluye.
Isabel González